lunes, 13 de julio de 2009

Intereses, mentiras y medios de comunicación: el caso de La Voz de Galicia

By Pacotrón.


El 7 de febrero de 2009, menos de un mes antes de las elecciones que posibilitaron la vuelta ( o revuelta ) del Partido Popular a la Xunta de Galicia, el Presidente y Editor de La Voz de Galicia, el señor Santiago Rey Fernández-Latorre, publicó el artículo de opinión "Yo Protesto"

En una retórica sumamente apocalíptica, tan propia de los relatos épicos de protagonismo heroico-medievaloide, e indisimuladamente visionaria, el señor Rey Fernández-Latorre nos obsequia con unas cuantas premisas absolutas que vienen a demostrar, irrefutablemente, la imperiosa-e imperial- necesidad de un cambio de gobierno, incluso de rumbo, en la política gallega y estatal. La catástrofe política, económica y social estaría, de no enmendar, asegurada. Unos ejemplos:

"Es difícil encontrar en nuestro entorno despropósitos más grandes que los que aquí se cometen, mientras se despilfarra sin tino en operaciones de imagen que tienen como objeto enmascarar con fulgores de escaparate lo que en realidad no se posee. No de otro modo se pueden entender las moles vacías del Gaiás; los gastos desproporcionados en decoración o transporte; las maquilladas y exasperantes listas de espera en la sanidad pública, y, sobre todo, la decepcionante promesa -por incumplida- de la atención a las personas dependientes".

"Pero ahora ha surgido un nuevo caciquismo que se disfraza de falsa modernidad y opera con desparpajo en todo cuanto se pone a su alcance, desde las concesiones eólicas a las plazas de empleo público".

"Ahora, aquel hermoso ideario de los grandes galleguistas parece usurpado en manos de intolerantes que lo emplean como arma arrojadiza entre gallegos. Muchos callan ante esto. Pero yo, que fui multado precisamente por impulsar que se publicase en gallego en este periódico, hoy protesto. Protesto porque el idioma que antes fue negado ahora se quiere imponer sin contemplaciones ni concesiones al sentido común".

"Mientras, grandes pilares básicos de la vida en común se desmoronan ante la inacción de la sociedad".

Si podemos medir la egolatría en una persona estimando la diferencia real existente entre la consideración que esa persona tiene de sí misma y la percepción que de ella tenemos los demás, el nivel de egolatría de quien dice firmar ese artículo es máximo. No sólo no le colma con definirse a sí mismo como el adalid solitario de la irrenunciable defensa de los más nobles intereses ciudadanos, sino que se situó como uno de los pioneros de la prensa escrita en gallego, contra viento, amenazas de prisión y marea....por lo visto.

Para más INRI, el título del panfletillo nos remite, si tenemos algo de cultura literaria, al "J`accuse" de Émile Zola. Valiente extravagancia. Me parecería una gracieta burlesca propia de los payasos del circo si no tuviese, desgraciadamente, consecuencias nefastas para la política, economía y sociedad de este nuestro País que con tanto "tino" y acierto acostumbra a defender este hombre en el pasado perfecto, en el presente incompleto y en el futuro indefinido.

Efectivamente, este hombre es el Presidente y Editor del diario que leen, y leemos, prácticamente todas y todos los coruñeses que leemos prensa. Pero no es más que eso. No. No es Robin Hood. Ni mucho menos Émile Zola.

El Robin Hood literario y cinematográfico permaneció en la memoria popular como un "buen ladrón", ya que roba a los ricos para repartirlo entre los pobres. Nada más al contrario de la figura de Don Santiago y su apéndice impreso.

Un Robin Hood más profusamente analizado nos MUESTRA un defensor dE Las clases humildes frente a los intereses despiadados de los poderosos. En resumidas cuentas, la libertad, igualdad y fraternidad opuesta al expolio tiránico de unos pocos, ya de por si privilegiados.

Cuando se desvelaron los intereses confluyentes de conocidas familias coruñesas, de las más altas instancias representativas, alrededor del usufructo de la energía que pueden producir nuestros ríos, o sea, cuando supimos de las conexiones empresariales que enlazaban a la familia del en aquel entonces alcalde, el señor Francisco Vázquez, con el presidente de los empresarios, el señor Antonio Fontenla, de cara a la explotación de los recursos energéticos hidroeléctricos de nuestro País, mediante adjudicaciones bajo sospecha concedidas durante los gobiernos presididos por Don Manuel, el diario que preside Don Santiago Rey Fernández-Latorre no lo consideró alarmante, ni tan siquiera digno de la más mínima mención. Para qué.

Lo cierto es que uno, Don Manuel, adjudicaba y otros, un alcalde socialista y el presidente de los empresarios, no perdían ocasión de apoyar públicamente la controvertida gestión del primero. Especialmente en período electoral. Las hemerotecas no mienten.

No es, pues, de estrañar que ese mismo Presidente y Editor, que no encontró motivo de descrédito o amoralidad alguna en esas concesiones disponga de todos los medios a su alcance para poner en solfa un decreto eólico que, parece ser, non dejaba nada para sus amigotes y si bastante, y más que debía ser, a las arcas públicas.

Tampoco penseis que se parece este prohombre a Émile Zola. El escritor parisino empleó el género periodístico para corregir una injusticia, para defender la dignidad humana y condenar la tiranía, la ignorancia y la insolidariedad. En el conjunto de su obra concentró su potencial artístico en retratar y denunciar un modelo social clasista, y ya plenamente capitalista, donde las clases humildes debían trabajar en las peores condiciones posibles, sin excluir ancianos, mujeres y niños, para que unas pocas familias privilegiadas malgastasen, en apenas cuatro fiestorros, todo el sudor de la frente que eran capaces de proporcionar los miles de esclavos remunerados de los que disponían. Todo un mes de tormentos, sufrimientos y sacrificios de mochos a cambio de unas copas de Champagne y caviar para unos pocos.

En esta clase de periodismo que nos ocupa hoy, valores como la justicia y principios como la honestidad son burdamente pisoteados cuando el mayor ejemplo de malgasto y dilapidación de recursos de nuestra historia, la Cidad de la Cultura, es empleada por el medio de este insigne coruñés como punta de lanza contra el anterior goberno bipartito.....desde el primer día!!!!!.

Nunca se pidieron cuentas a los responsables reales de esa chapuza desde las páginas de La Voz de Galicia. Y nunca se pedirán.

No es de "señores" sacar a la luz los trapos sucios de los "señores". Porque de eso se trata. De señores. Tanto en su sentido medieval, no el caballeresco que nos legó la literatura, sino el medieval real, el de las tropelías, levas, violaciones y asesinatos sin fin, como en el sentido decimonónico de señoritos. El señorito Vázquez, el señorito Fontenla, el señorito Rey Fernández-Latorre. Los señoritos. Cómo están los señoritos. Qué bien se llevan y qué listos que son.

Para ir acabando, porque seguiría así todo el día, los Juzgados número 1 y 2 de lo contencioso administrativo de Santiago de Compostela avalan las bases de las oposiciones convocadas por el Consorcio Galego da Igualdade e do Benestar y urgen su convocatoria.

Yo si que protesto. Yo protesto porque gentuza que se permitió el lujo de dejar escrito, a menos de un mes de unas elecciones gallegas, que "ahora ha surgido un nuevo caciquismo que se disfraza de falsa modernidad y opera con desparpajo en todo cuanto se pone a su alcance, desde las concesiones eólicas a las plazas de empleo público", pueda pasearse tranquilamente por nuestras calles y plazas sin que nadie le grite "mentiroso, mentiroso", mientras que representantes políticos del anterior gobierno gallego deben esconderse o pasearse bien discretitos, no vaya a ser que alguno que leyó el diario que preside y edita Don Santiago le eche en cara algo sobre un yate, sobre la imposición del gallego, sobre la Ciudad de la Cultura o sobre los coches oficiales. Alguno que crea que un medio de comunicación es un medio de información.

No, si ya lo decía Don Manuel. "Aquí pasou o que pasou".


No hay comentarios:

Publicar un comentario